Era el trofeo más ansiado a nivel de clubes. Ese que se miraba y no se tocaba.
Es la Libertadores, esa copa que en 1991 Colo Colo alcanzó bajo la guía de Mirko Jozic.
Ese miércoles 5 de junio en el Estadio Monumental terminó un largo tiempo de sinsabores y tristezas y todo el país se abrazó, sin importar los colores futbolísticos, para gritar que éramos campeones de América.